"No Quiero" Disfrazado de "No Puedo" - Emma Rodriguez



"No Quiero" Disfrazado de "No Puedo": Descubriendo la Verdad Detrás de Nuestras Limitaciones Percibidas

¿Cuántas veces por día te encontrás diciendo o pensando "no puedo"? "No puedo levantarme temprano", "no puedo aprender un idioma nuevo", "no puedo cambiar de trabajo", "no puedo decir lo que pienso". La lista es larguísima. Muchas veces, estas declaraciones de incapacidad se sienten como barreras enormes, muros que nos impiden avanzar hacia donde queremos ir. Pero, ¿y si muchas de esas veces, el "no puedo" fuera en realidad un "no quiero" disfrazado?

Este blog explora esa verdad incómoda: la tendencia humana a tapar la falta de ganas, el miedo o la resistencia al cambio bajo el disfraz de una supuesta incapacidad. Sacar a la luz este disfraz es el primer paso para recuperar nuestro poder y tomar las riendas de nuestra vida.

La Comodidad del "No Puedo"

Decir "no puedo" es, en cierto modo, cómodo. Nos saca la responsabilidad de intentarlo. Si "no puedo", entonces no es mi culpa no lograrlo. No tengo que enfrentar el riesgo de fallar, la posibilidad de decepcionarme o el esfuerzo que implica salir de nuestra zona de confort. El "no puedo" se convierte en una excusa perfecta, un escudo contra la vulnerabilidad y el desafío.

Pero detrás de esa comodidad aparente, se esconde una trampa. Cada vez que usamos el "no puedo" como un disfraz, reforzamos la creencia de que somos incapaces, limitando nuestro potencial y negándonos la oportunidad de crecer y experimentar cosas nuevas.

¿Por Qué Nos Disfrazamos?

Varias razones están detrás de esta tendencia a usar el "no puedo" como excusa:

  • Miedo a fracasar: La posibilidad de no tener éxito puede dar mucho miedo. Es más fácil decir que no podés hacer algo que intentarlo y fallar.

  • Miedo al qué dirán: Nos preocupa lo que van a pensar los demás si lo intentamos y no lo logramos.

  • Falta de motivación: A veces, simplemente no tenemos las ganas o la energía para hacer algo, y el "no puedo" es una forma socialmente aceptable de evitarlo.

  • Resistencia al cambio: Salir de nuestra rutina o enfrentar lo desconocido puede generar ansiedad. El "no puedo" nos mantiene en nuestro terreno conocido.

  • Creencias limitantes: A lo largo de nuestra vida, podemos haber incorporado mensajes negativos sobre nuestras capacidades, lo que nos lleva a creer de verdad que no podemos hacer ciertas cosas.

Sacando el Disfraz: ¿Es "No Puedo" o "No Quiero"?

Identificar cuándo estamos usando el "no puedo" como un disfraz requiere ser brutalmente honestos con nosotros mismos. Acá tenés algunas preguntas que podés hacerte:

  • Cuando digo "no puedo" hacer X, ¿cuál es la emoción real que siento? ¿Es miedo, fiaca, ansiedad, incomodidad?

  • ¿Qué es lo peor que podría pasar si lo intentara? ¿Es algo realmente terrible o es más bien la incomodidad o un fracaso menor?

  • ¿Estoy dispuesto a invertir el tiempo y el esfuerzo necesarios para aprender o lograr X? Si la respuesta es un rotundo no, quizás sea un "no quiero".

  • ¿Conozco a alguien que haya logrado hacer X? Si es así, ¿qué me hace diferente a esa persona?

  • ¿Qué excusas estoy poniendo para no intentarlo? ¿Son razones de verdad o barreras que me pongo yo mismo?

Rompiendo el Disfraz y Recuperando Tu Poder

Una vez que identificás que tu "no puedo" es en realidad un "no quiero" o está motivado por el miedo o la resistencia, podés empezar a desarmar el disfraz:

  1. Sé honesto con vos mismo: Reconocé la verdadera razón detrás de tu "no puedo". Ponerle nombre a la emoción o a la falta de ganas es el primer paso para encararla.

  2. Cambiá tu forma de hablar: Cambiá "no puedo" por "no aprendí cómo", "no practiqué lo suficiente", "me da miedo intentarlo" o, si es el caso, "elijo no hacerlo en este momento". Este cambio en el lenguaje te da poder.

  3. Desafiá tus creencias limitantes: Revisá las historias que te contás sobre vos mismo y tus capacidades. ¿Son realmente ciertas o son producto de experiencias pasadas o miedos?

  4. Dá pequeños pasos: Si el miedo es lo que te frena, dividí el objetivo en pasos más chicos y manejables. Cada pequeño logro va a construir tu confianza.

  5. Enfocate en el proceso, no solo en el resultado: Aceptá que aprender y crecer implica errores y tropiezos. El valor está en el intento y en lo que aprendés en el camino.

  6. Abrazá el "Elijo No": Si después de pensarlo bien decidís que realmente no querés hacer algo, reconocé que esa es una elección válida. Ser dueño de tu decisión, incluso si es no hacer algo, es un acto de empoderamiento.

La Libertad de Ser Auténtico

Dejar de usar el "no puedo" como disfraz te libera. Te permite ser más auténtico con vos mismo y con los demás. Te abre a nuevas posibilidades al sacar las barreras que te ponés vos mismo. Te da poder al recordarte que tenés la capacidad de elegir, de aprender y de crecer, incluso cuando tenés miedo o te sentís incómodo.

La próxima vez que te encuentres diciendo "no puedo", hacé una pausa. Mirá debajo del disfraz. Preguntate qué es lo que realmente está pasando. Puede que descubras que el "no puedo" no es una declaración de tu capacidad, sino una invitación a la honestidad, al coraje y a la posibilidad de un "quiero" que todavía no te permitiste explorar.


Escrito por Emanuel Rodríguez

Fundador del Instituto Kallu, músico y apasionado por el aprendizaje.

Comodoro Rivadavia, Chubut – Argentina. 

Comentarios